miércoles, mayo 03, 2006

Quitoaventuras 01...

Tras un viaje en el que hubo muchos retrasos –míos- y no se pudo dormir mucho en el bus, llegamos a Quito con Ramix y Alexa el jueves a las tres de la mañana. Tras dormir un poco, salimos a buscar la universidad donde se desarrollaba el dichoso EVENTO; era mi primer día en la ciudad y estaba emocionado, las referencias más pesimistas me hablaban de una capital deteriorada donde el civismo no brilla, huele a orines más que en Ipiales y está llena de gente más fea que yo. Menos mal se equivocaban radicalmente.

Llegamos al evento, que fue en la Universidad San Francisco de Quito a las afueras de la ciudad, cuando ya nos habíamos perdido la primera conferencia, nos inscribimos para las tres restantes y después de un café entramos a la charla con el fotógrafo PABLO CORRAL, el único latinoamericano que trabaja para la National Geographic.


San Pedro de Atacama, visto por Corral

La cosa fue muy emotiva, Corral evitó los términos técnicos y se centró en hablar de la ética del periodista, del compromiso con la realidad “que siempre es más rica que la ficción”, a la fotografía la definió como “la capacidad de gozar con lo que uno ve”, nos contó de cómo hace sus reportajes, de lo importante que es llegar sin barreras ni protagonismos a contar las historias de otros, que el talento del fotógrafo está en saber mostrar la realidad ajena de una forma veraz y sensible.

Corral es un gordo bonachón que parece el amigo de toda la vida -ese que hecha buenos chistes, que te presta plata sin preguntas ni intereses y con el que es bueno tomar una cerveza de vez en cuando-; a mitad de la charla mostró algo de su trabajo reciente: dos reportajes, uno hecho en Sao Pablo y otro, un especial sobre el tango, realizado en Buenos Aires; fue hermosa la presentación de las excelentes fotos porteñas mientras sonaban en un bandoneón, entre otras, Naranjo en flor, Libertango y La cumparsita. Debo reconocer que tanta emotividad logró hacer rodar un par de gotas de agua salada por mis mejillas.

Al salir, con Ramix y Alexa cruzamos opiniones y el resultado fue unánime: estuvo del putas!!.

Como los talleres eran muy caros –cien dólares por cuatro horas me pareció exagerado- no tuvimos que hacer esa tarde, por lo que aprovechamos para que Ramix nos llevara de expedición culinaria: tras buscar durante un buen rato, sin éxito, un restaurante de comida típica al que él había ido en un viaje anterior, decidimos entrar a una marisquería donde mi apetito voraz fue saciado con empanadas de verde, cebiche de camarones dos porciones de patacones y un pescado delicioso. Por la tarde recorrimos el parque La Carolina y sus alrededores, me sorprendió el centro comercial El Jardín: tiene la mejor librería a la que he entrado -MR. BOOKS- y un super supermercado que hace ver a Pomona como la tienda de don Chucho: Supermaxi (el nombre no tiene nada que ver con la sofisticación del espacio). En la noche me colé en el programa de mis compañeros de viaje que salían de bares gay, terminamos en uno –Blackout, creo que se llamaba- con muy buena música y un ambiente aburrido porque no había gente, nos dijeron que el sábado estaría lleno. Prometimos volver…

No hay comentarios.: